Michael Jackson: Más allá del Bien y del Mal

Michael Jackson acaba de morir, justo a 1 km de mi casa, en el hospital de la UCLA. Intenté pasar en carro para ver como estaba el relajo, pero como parecía el metro Indios Verdes a las 7 am, me tuve que regresar.

Cuando estaba en la universidad, mis amigos y yo vimos un especial de Maradona en la tele. En la noche, obvio, nos pusimos a platicar acerca de él, y llegamos a la conclusión de que Maradona había alcanzado un nivel de excelencia tal en su profesión , que, fuera de poner una bomba en una guardería, todos los pecados que cometiera iban a ser perdonados por el público. Efectivamente, sus adicciones y excesos no han impedido que sea un ídolo en Argentina, llegando incluso a ser un dios de su propia religión. En resumen, su calidad futbolística es tan elevada que sólo otro ser humano puede decir que está a su nivel o más arriba (Pelé).

Cuando se llega a esta estratósfera, se puede decir que una persona está Más allá del Bien y del Mal, porque siempre será recordada por su grandeza y no por sus pecados, sean cuales sean. Los eventos y acciones de los simples mortales les hacen lo que el viento a Juárez.

En fin, Michael Jackson es de las pocas personas que pueden ser catalogadas en este nivel. Fue uno de los más grandes artistas de toda la historia. Su rostro es uno de lo más reconocidos en el planeta (a pesar de todos los cambios que sufrió). Definitivamente, alcanzó un nivel como pocos en su profesión. La lista de artistas actuales más influyentes podría ser más o menos así: Michael Jackson en primer lugar, Madonna en segundo, Santana en décimo y Ninel Conde en último.

Obviamente, todo esto tiene como contrapeso todos sus escándalos e indiscreciones. Su cambio de color de piel. Sus cirugías plásticas. Su pelo lacio. Sus 2 juicios de abuso contra menores. Su mascota chimpancé llamado Bubbles. Su libre admisión de que dormía en la misma cama con varios niños. Algunos pueden decir que fue profeta, poniendo de moda el uso del tapabocas muchos años antes de que nos cayera la gripe porcina. Y cómo olvidar cuando casi suelta a su hijo desde un balcón, o cuando apareció en la Corte en pijama. Todo apuntaba a que de plano su hamster se tropezaba a cada rato en su rueda.

Y sin embargo, a su muerte, todos hablan de sus récords, sus discos de platino, sus donaciones a caridad, su talento, su voz, sus videos visionarios y sus amigos famosos.Todo mundo habla de lo bueno. Todo lo malo ha sido relegado a un comentario de 1 minuto, una mención dentro del resumen biográfico.

Michael Jackson pasó la prueba final para determinar si está Más allá del Bien y del Mal. La multitud de gente en el hospital, la cantidad de ofrendas que ha recibido su estrella en el Paseo de la Fama, los innumerables especiales, tributos y homenajes que le están haciendo y faltan por hacer, todo nos indica que la gente ha decidido pasar por alto sus inclinaciones pedofílicas (aunque ningún jurado lo encontró culpable) y solo celebrar su talento. Otra artista muy famosa, Farrah Fawcett, murió el misma día, y sólo mereció una nota de 5 minutos dentro del especial de NBC de 1 hora a MJ.

Una lista de personas vivas que han logrado este nivel de reconocimiento tiene que ser muy corta, aunque ahorita, a las 11 de la noche del domingo y con mi limitada cultura, sólo se me ocurren 5 personas a nivel mundial (obvio, sugerencias serán bienvenidas): Jordan, Pelé, Maradona, David Copperfield y Ringo y Paul.

A nivel mexicano, es muy difícil porque nuestra mentalidad es siempre desear el fracaso de los compatriotas, nomás para poder decir "ya ven, se los dije", pero ahorita puedo mencionar a:

• 3 futbolistas (excepto los fanáticos del América, que agregarían a otros 3: Ochoa, Zague y Germán Villa): Hugo Sánchez (que, cuando muera, va a ser asueto nacional), al grandioso Luis Hernández el Matador, que será recordado por ser nuestro mejor futbolista internacional desde 1990, y Cuauhtémoc, por ser el mejor futbolista a nivel local y por unir a la afición mexicana.
• A 1 artista, Luis Miguel
• A 1 periodista, Jacobo Zabludovsky.
• Y a 2 idiotas, Fabiruchis y Bobbie Larios, por su incalculable aportación a la comedia mexicana.

Obvio, hay muchos más mexicanos igual o más dignos, pero esto se basa completamente en el reconocimiento del público, por lo que gente como Mario Molina queda descartada, ya que de seguro más de la mitad del país no sabe quien es. De nuevo, las sugerencias serán bienvenidas!!

Así que, defintivamente, puedo decir con toda confianza que Michael Jackson puede descansar en paz. Está Más Allá del Bien y del Mal

50 cosas extrañas q ver en Los Angeles

Por supuesto, ahorita no son 50... pero al paso que voy, planeo llegar a esa cifra pronto.

En su calidad de ciudad mundial y ampliamente comspolita, Los Angeles tiene mucho que ofrecer al turista. Mujeres de belleza legendaria, playas con más visitantes de los que un pequeño país tiene población, y el ocasionale tropiezo con una verdadera estrella del espectáculo o del deporte.

Pero no todo es color de rosa... y así como uno puede encontrarse cosas increíbles por su belleza, también uno se puede topar con cosas increíbles por su extrañeza.

Empecemos con la lista, sin ningún orden en específico:

1. Ver cruzar la calle al Capitán Jack Sparrow, en un semáforo cerca de Hollywood... a las 8:30 de la mañana.
2. Afuera del teatro Kodak, ver a un Supermán tan escuálido que podría ser contratado como extra en una película acerca de campos de concentración de la segunda guerra mundial.
3. Ver pasar a un Ferrari... al minuto ver pasar un Jaguar... seguido de otro Ferrari... seguido de un Vocho de esos de los originales.
4. Innumerable cantidad de gente en la calle hablando solos mientras caminan... y sin tener apariencia de indigente. Definitivamente, tenemos mejores indigentes en México.
5. Visitar la iglesia de la Cienciología en Hollywood.
6. Una hora después de esa visita, enterarse en las noticias que un policía le disparó y mató a un sujeto de aspecto sospechoso en esa misma iglesia, sin ningún tipo de provocación.
7. En esa misma noticia, enterarme de que el policía le disparó al sujeto porque dicho personaje llevaba un par de espadas japonesas en su espalda, estilo samurai.
8. Afuera de una oficina de contadores de esos q te hacen tus impuestos, ver a varias personas disfrazadas de la estatua de la libertad promocionando esa misma oficina. Sigo sin entender la conexión.
9. Discutir con el cartero pq entró a la oficina como si fuera su casa, culminando con el cartero alegando que es contra la ley ponerle llave a la puerta principal por si sucede algún tipo de emergencia.
10. Enterarme que un sujeto al que mi jefe hizo quedar mal pq su plan era basura, lo amenazó con estas exactas palabras: "Sabes, cuando me desquito de alguien, me gusta agarrar mi pistola y empezarle a disparar a lo que se me ponga enfrente".
11. Mi nuevo compañero de departamento me explicó porqué estaba tan cansado hoy en la mañana: "no mames, ayer fui a jugar basquet 2 horas, luego fui al gym otra hora y media, y después me fui a echarme unos tragos con mis cuates... ah! y también me eché un poco de cocaína". Por un segundo pensé que me había dicho que le aprietan los zapatos.
12. Abrir la puerta del depa donde me estoy quedando ahorita, y ver, en el depa de enfrente que tenía la puerta abierta, a la esposa del vecino en la regadera, rasurándose el negocio.
13. Ver a cada rato gente no sólo gorda... literalmente esférica. Se multiplican como los panes de Jesucristo.
14. Ir al Chinatown, mejor conocido como el Mercado de Jamaica, sucursal Los Angeles.
15. Perderme en Westwood, cerca de la UCLA... y terminar en el Rodeo Drive de Beverly Hills
16. Comer en un lugar de hambuerguesas enfrente de un bar gay, y ver a un sujeto bailando en una mesa con tan sólo un speedo. A las 12 del día! En domingo!
17. En ese mismo bar gay, ver a varias parejas de mujeres atascarse, y no sentirme ni remotamente emocionado... supongo que se balanceaba con las parejas de hombres atascándose y al sujeto bailando en speedo.
18. Ir caminando de noche por la calle en Corona, y ver que un sujeto de pronto invade el patio frontal de un hotel, se va a una esquina... se baja los pantalones y empieza a echarse un pastelazo. No tengo palabras para describir mi shock. No sé si afortunada o desafortunadamente, pero no llevaba mi cámara.

Noche de Casino

Los que me conocen, saben que de vez en cuando me gusta entrarle al mundo de las apuestas. Saben que me gusta entrarle al juego de cartas. Y, sobretodo, que me gusta entrarle al blackjack. Y anoche reviví una de las más entretenidas experiencias de mi vida.

Este fin de semana, mis compañeros de cuarto se lanzaron a su tierra natal de Tijuana, a 2 horas de aquí, y me dejaron solo y sin carro. Para no quedarme tirado en la casa, y además de que tenía que hcer un par de compras navideñas, renté carro para todo el fin, y decidí que la mejor forma de ocupar mi tiempo anoche era yendo a conocer un casino de la zona. A una media hora de mi casa, en la ciudad de Temecula, el elegantísimo Pechanga Casino, propiedad de la tribu india Pechanga (no es broma). En fin, aunque no Las Vegas, el casino estaba bastante decente y personalidades como Jerry Seinfeld han ido a presentarse ahí.

Bienvenidos al Pechanga Casino, Temecula, California

El llegar al casino me remontó a hace casi exactamente un año, cuando hice el viaje de México a Las Vegas con unos amigos, de ahora en adelante conocidos como Irving, Danielín y Lucero. No hay palabras para describir a Las Vegas. Es un bombardeo a los sentidos como en ningún otro lugar: luces de neón, reflectores, música en la calle, tráfico en las calles y en las banquetas, y, por supuesto, gigantescos casinos, que son cada uno una ciudad en sí. Es más, antes de siquiera poder recoger tu maleta en el aeropuerto, tienes oportunidad de jugar en máquinas tragamonedas (que son las peores apuestas que hay, por cierto). Pocas cosas te hacen sentir tan vivo como entrar a la zona de juego de un casino, si tan solo porque está lleno de energía y se respira adrenalina pura. Bueno, es eso, o leyenda de que los casinos le meten más oxígeno al aire para que la gente se quede despierta más tiempo es cierta.

Jugar blackjack, y cualquier otro juego de cartas, es una ciencia. Con excepción del pokar si sabes jugarlo, es el juego con las mejores probabilidades de ganar. Bien jugado, es básicamente un volado entre tú y la Casa. Y terminamos pasándola muy bien jugando, y la verdad es que nos trataron bien las mesas. Aunque a Danielín y a Lucero les gustó jugar, Irving es otro verdadero aficionado al blackjack, y con él pasé la mayor parte del tiempo que estuve en las mesas. Sobretodo, recuerdo la última sesión maratónica, saliendo del Studio 54 a las 2:30 am, cuando estuvimos jugando a tan sólo horas de que tuvieramos que irnos al aeropuerto, y donde gané mis últimos 200 dolares, y donde Irving le terminó regalando 100 dolares al dealer relevista de lujo.

En el contragolpe 2 a 1, el dealer alcanzó a detener a Irving

Pero eso fue en Las Vegas. Porque no todo es risas, bromas y alegría en la mesa de blackjack. Porque, siendo un casino, hay gente que pierde y eso no le gusta a nadie. Pero sobretodo, porque hay gente muy superticiosa, que cree que cuando alguien pide una carta de más o de menos, o que si una persona llega a jugar a media baraja, ya su suerte se fue al caño. Aunque ya llevara media hora haciendo agua como el Titanic. Gente como una viejita china o japonesa que estaba en mi mesa de ayer, que le amargaba el juego a todos, porque literlamente regañaba a los demás.

Después de perder su duelo con Felix Greco en Bailando por un Sueño, Roberto Mitzuko se fue de dealer al Pechanga

En fin, en Pechanga me gradué a las mesas de 25 dolares mínimo (en Las Vegas fueron de 10 y de 15). Venía mejor preparado psicológica y económicamente. Quise llegar castigando a la mesa, pidiendo 500 dolares en fichas para apostar de a 25 la mano... cuando me di cuenta que algunos le estaban metiendo por lo menos 50 y a veces hasta más de 200.

Sin sentirme intimidado, pedí mi coca cola (aparentemente, mi licencia para manejar fue válida para dejarme jugar, pero no para que me trajeran bebidas de machos), y con la confianza que te da el saber que conoces el juego, me senté con mi mejor sonrisa para convencer a la viejita mala-vibra que no iba a aventar sangre de cuervo sobre la mesa. Las primeras manos pasaron... y perdí 75 dólares en menos de 5 minutos. El señor de hasta la derecha sacaba blackjacks y doble-downs (cuando duplicas tu apuesta inicial, ya que traes buena mano y el delaer no) como si los trajera en la bolsa y, lo más sorprendente, su cara no registraba ninguna emoción. De seguro, afuera era controlador de tráfico aéreo o algo así.

Sin embargo, conociendo la volatilidad del juego, seguí en la mesa, esquivando la mirada asesina de la viejita, que había empezado a perder junto conmigo. Afortunadamente, poco a poco empecé a remontar el marcador, para colocarme en un toma-y-daca con el dealer al haber transcurrido media hora. Finalmente, a los 45 minutos, empezó la racha ganadora, culminando en la mano en que dividí mis cartas y dupliqué una de ellas, ganando las dos apuestas (75 dólares de un jalón). Me convencí que esa era la señal para retirarme, con 300 dolares ganados, y, efectivamente, me paré y fui a dar la vuelta como media hora.

Pero el juego es el juego, y, además, ya estaba ahí. Decidí regresarme a una mesa nueva, esta más alegre y divertida. Después de media hora, ya había perdido 200 de los 300 dolares que había ganado, y estaba contemplando seriamente retirarme mientras tuviera ganancia, aunque fuera un poco desmoralizando. Pero terco como soy, y adicto, decidí irme hasta que se me acabara la ganancia total. Llegó un nuevo dealer a la mesa, y con él llegaron mejores manos. Para todos los jugadores, no solo para mí. Y obvio la mesa de pronto se convirtió en kermes (quermés?), con todos sonriendo, consumiendo tragos y dejando propinas de millonario al dealer y a la mesera. Le pude haber apagado un cigarro en el cachete al wey de al lado y me hubiera dado 5 dolares. Y al cumplir la hora reglamentaria de mi sesión, hice cuentas y vi que había recurado la ganancia original, 300 dolares.

Y como más vale que digan aquí huyó que aquí murió, opté por lo sano y me retiré a la casa, después de haber tenido las 3 horas más productivas de mi vida.

Pero volveré... cuando vuelva a rentar carro.

Corona, siempre en los mejores eventos...

Y no me refiero a la cerveza. Me refiero a los incendios q se dieron el fin de semana pasado aquí en la poco glamorosa Corona, California. Bueno, en realidad, en la zona metropolitana de Los Ángeles, q incluye a Corona.

Los Ángeles Skyline

Así es, me encuentro escribiendo mi primer blog desde Corona, a unos cuantos kilómetros de Hollywood, Kobe, Jack Nicholson, Mickey Mouse, Santa Mónica beach y a un par de horas de Las Vegas. Estoy de tránsito en q me encuentran un buen trabajo los hindús q me jalaron para acá, viviendo con otros 3 mexicanos a toda madre. El único px es q Corona está un poco aburrido y el downtown de Los Ángeles queda a 70 km. Sin embargo, llevo 2 semanas aquí y hasta el momento todo muy agradable, con excelente clima.

Bueno, casi todo muy agradable. Uno de los 2 incendios de la semana pasada estuvo bastante cerca de aquí, lo bueno es q el aire soplaba hacia el otro lado, pero sí estuvo bastante impresionante de todas formas. Lo bueno es q fuimos lo suficientemente valientes para arriesgar la vida y tomar unas exclusivísimass fotos, mismas q hasta mandamos a periódicos locales. Lo malo es q se nos ocurrió ir a visitar el downtown ese fin y estaba más gris q el mismo D.F., como pueden constatar en la foto de arriba.

Como si fuera el Popo

Y hablando del D.F., me mudé de Guatemala a Guatepeor. Mismo tráfico, misma contaminación, y aparentemente hasta más mexicanos. Hasta nuestro propio Popo salió con eso de los incendios.

En fin, estaré actualizando este blog conforme se presenten eventos importantes o simplemente q me den ganas de escribir un poco, filosofando acerca de las cossa de la vida.


Deléitense con las fotos, y como siempre:

Corona, siempre en los mejores eventos!!

Corona At Night